sábado, 16 de abril de 2016

EL PEQUEÑO ESCLAVO

Portada del libro
Trabajaba de sol a sol sólo por una cama, si es que podía llamarse de esa manera, caliente y un plato de algo parecido a lo que se conoce por comida. Las jornadas de trabajo eran interminables, un auténtico suplicio y su situación llegaba ya al límite. Si no conseguía marcharse pronto de allí su supervivencia tocaría a su fin. Tenía que escapar, de la forma que fuera, porque no aguantaría otra campaña más. Así, una noche, se escondió en una de las cajas y pidió a uno de sus compañeros que lo envolviera como un regalo y lo mandase lejos de aquel maldito lugar. Papá Noel descubrió el escondrijo del pequeño duende. Como castigo fue relegado del área de envoltura de regalos y lo mandó con el equipo de limpieza al establo de los renos.

1 comentario:

  1. Este microrrelato fue presentado al I concurso "El Bunker Z", en una versión más reducida, y publicado en el libro recopilatorio del concurso.

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