domingo, 30 de abril de 2017

RONDA DE VIGILANCIA

La habitación donde se encontraban apenas tendría unos nueve o diez metros cuadrados pero era bastante acogedora además, la pequeña estufa eléctrica les ayudaba a mantener el calor en la fría noche alemana. Jorge, el otro vigilante que compartía turno con Pedro, estaba sentado en uno de los sillones que allí había. De vez en cuando entrecerraba sus pequeños ojillos color avellana y se acercaba el libro que tenía entre las manos a la cara. La taza de café que estaba sobre la mesa hacía bastante rato que había dejado de humear, no obstante, todavía no le había dado ni un pequeño sorbo. La explotación minera que vigilaban estaba ubicada a unos cuarenta kilómetros al este de Rostock. Jorge llevaba en ese mismo destino cerca de cuatro años. Para Pedro eran sus primeros tres meses allí, tanto en la mina como en Alemania. Un curso de guardia de seguridad, otro intensivo de alemán básico de tres semanas y la necesidad imperiosa de ganar dinero, pusieron fin a casi cinco años de estudios de medicina en la Facultad de Cádiz y le llevaron a acabar trabajando de vigilante en una mina perdida de Alemania.


Durante los meses fríos de invierno la mina permanecía cerrada y tan sólo un reducido número de operarios de mantenimiento que se encargaban del buen estado de la maquinaria y los vigilantes que se ocupaban de que todo estuviese en su lugar, permanecían trabajando en el lugar.

La explotación minera era inmensa. El pequeño despacho como lo llamaban los dos vigilantes estaba situado en la parte alta de una de las naves de la zona sur en las que se guardaba toda la maquinaria pesada: enormes camiones, excavadoras y grúas entre otras muchas. Al fondo de la nave atravesando un enorme pasillo se encontraba la zona de fundición del metal y en uno de los costados una puerta gigantesca comunicaba con una enorme explanada exterior que en estos meses, rara era la ocasión en la que no se encontrara cubierta por completo por una gruesa capa de hielo y nieve. Al final de la explanada se encontraba un gigantesco agujero, del tamaño de ocho o nueve campos de fútbol de diámetro, que parecía adentrarse hasta las entrañas de la mismísima Tierra. Éste era el corazón de la mina propiamente dicho. El lugar del que se extraía el metal y que daba sentido a todo lo que se había construido a su alrededor.

El viento gélido y cortante golpeaba con fuerza en esta región barriendo toda la explotación sin piedad alguna.

Las noches se hacían muy largas en aquel sitio tan apartado de la civilización. El silbar del viento tan solo se veía interrumpido por algún ruido ocasional de mayor intensidad. Cuando escuchaban alguno de éstos salían a hacer alguna ronda pero nunca encontraron nada fuera de lo común. Jorge lo achacaba todo al viento o a algún animal que hubiese entrado en el recinto. Además, no estaban solos en el lugar, había otros dos vigilantes que se encargaban de otra parte de las instalaciones que podían ser los causantes del ruido mientras hacían alguna ronda de reconocimiento. Eran dos alemanes altísimos que los ninguneaban y los miraban siempre por encima del hombro. Cómo si tuvieran la convicción de que, tanto Jorge como él, estaban allí robándoles el trabajo a otros alemanes. Por esta razón cuando Pedro escuchó una serie de golpes pensó en un primer momento que podrían ser los alemanes intentando burlarse de ellos. Desde luego no era la primera vez que sucedía algo así.

- ¿Has oído esos ruidos, Jorge? – preguntó a su compañero.

- ¿El qué? – respondió mientras apartaba la vista del libro para mirarle.

- Esos ruidos – volvió Pedro a insistirle mientras se levantaba de su sillón - ¿Qué podrán ser?

- Será el viento golpeando contra algo. No te preocupes.

- ¿El viento? ¿Aquí dentro? 

Jorge asintió con unos leves movimientos de cabeza y volvió a enfrascarse en la lectura. Los golpes pararon durante un breve espacio de tiempo pero volvieron a producirse al poco. Así que Pedro decidió salir a investigar por su cuenta. Si eran esos alemanes haciendo alguna tontería para molestarlos pensaba decirles unas palabras, o al menos eso intentaría con su alemán básico. El complejo se encontraba en su mayor parte a oscuras, algo lógico cuando no había ningún operario trabajando en esos momentos en las instalaciones, y tan sólo unas pocas luces se mantenía encendidas para señalizar los lugares donde se encontraban las puertas y poco más. Decidió encaminarse hacia la parte de las máquinas pero el ruido se escuchaba cada vez más lejano así que, volvió sobre sus pasos y se dirigió a la parte donde se encontraba la cocina. A medida que se acercaba al lugar los ruidos se hacían más claros, así que dedujo que debían provenir de allí. Agarró el pomo de la puerta pero se quedó allí clavado unos momentos dudando si abrirla, o no. En este trabajo no era aconsejable andar con miedo ni con dudas. Respiró hondo un par de veces y abrió la puerta mientras iluminaba el lugar con la linterna que llevaba en la mano derecha. Allí parecía estar todo en orden. En uno de los lados de la cocina había un enorme horno de ladrillo donde se cocía el pan. Los golpes parecían provenir de allí, del interior del mismo para ser más exacto. Pedro iluminó el horno con detenimiento pero no se observaba nada fuera de lo común. La gruesa puerta de hierro estaba cerrada. Se acercó despacio mientras seguía iluminándolo. Con total seguridad algún animal habría caído en el interior desde la chimenea. Agarró la palanca que abría el horno pero se detuvo un momento. El horno llevaba sin utilizarse casi todo el invierno porque no quedaba nadie en el lugar por lo que la chimenea tenía que estar cerrada para que no entrase nieve al interior. No podía tratarse de ningún animal, pero los golpes provenían con total claridad de dentro del horno. Soltó la palanca e inspeccionó los dos lados del horno pero no había nada. Los golpes seguían sonando desde el interior, alguna pieza estaría suelta colgando y golpeando contra el horno, pensó. Agarró otra vez la palanca y abrió la puerta del horno con determinación mientras iluminaba el interior del mismo. En ese mismo instante Pedro quedó petrificado mientras un escalofrío le recorría todo el cuerpo como si de una descarga eléctrica se tratara. Allí estaba. Unos penetrantes ojos color gris oscuro, casi negros, carentes completamente de cualquier vestigio de vida, se clavaron en los suyos. Allí había una niña con la cara ennegrecida y reseca. Las ropas sucias estaban completamente destrozadas y manchadas de hollín. La niña extendió una mano pálida y agrietada en dirección a Pedro. Éste retrocedió, trastabilló, y cayó al suelo de espaldas al tropezarse con sus propios pies golpeándose la cabeza contra el frio suelo. Se arrastró unos cuantos metros de manera precipitada. Se levantó y corrió sin parar hasta llegar a la oficina.

Cuando abrió y se dejó caer de rodillas jadeando, Jorge apartó la vista del libro que tenía entre sus manos de manera pausada y lo miró de arriba a abajo.

- La has visto, ¿verdad? – fue la única e inquietante pregunta de Jorge.

Pedro intentó hablar pero no podía articular ni una sola palabra. Su rostro estaba completamente pálido.

- ¿Sabías que estaba allí?

- Pues claro, ha estado en la mina desde antes de que yo empezara a trabajar aquí.

- Pero… ¿Por qué no me has dicho nunca nada? – preguntó Pedro con la cara pálida todavía.

- ¿Para qué? – Respondió Jorge mientras se encogía de hombros. – Nunca ha causado ningún problema, independientemente de los molestos ruidos que pueda hacer alguna que otra vez –prosiguió Jorge.

- Pero…

- Ella no causa ningún problema aquí. Nunca nos molesta y nosotros a ella tampoco. Así que todos estamos contentos y tranquilos.

- ¿Tranquilos? – preguntó Pedro mientras se frotaba la cara con las manos.

- A ti te hace falta este trabajo y no veía necesario alarmarte con algo que nosotros no podemos solucionar.

- ¿Tú crees, Jorge?

- Pues claro, amigo. No tienes qué preocuparte nunca ha salido de la cocina. ¿Qué piensas hacer?

- Creo que me tendré que comprar un libro.

Ambos se miraron y comenzaron a reírse.

lunes, 10 de abril de 2017

CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO. JUEGO DE TRONOS.

Ya sabemos todos que George R. R. Martin no es un escritor al que le tiemble la pluma a la hora de eliminar a sus personajes, ya sean principales o secundarios.

Repasaremos a lo largo de este artículo los personajes que mueren en el primero de los libros de la saga Canción de Hielo y Fuego.

SIR WAYMAR ROYCE:

"Los observadores se adelantaron al unísono [...] Las espadas se alzaron y descendieron en un silencio sepulcral. Fue una carnicería sin ira. Las hojas traslúcidas hendían la cota de malla como si fuera seda.

[...]

El cadáver de Royce yacía de bruces en la nieve, con un brazo extendido."

WILL:

"cerró los ojos para rezar. Unas manos largas y elegantes le acariciaron la mejilla y se cerraron en torno a su garganta."

GARETH:

"se quitó los guantes y se los tendió a Jory Cassel [...] le cortó la cabeza al hombre de un golpe, firme y seguro."

JON ARRYN:

"Ni siquiera el maestre Pycelle pudo hacer nada, aparte de darle la leche de la amapola para que no sufriera."

DAMA:

"Jory no tardó en llevarle a Hielo. Todo terminó enseguida."

MYCAH:

"El cadáver estaba cubierto de sangre reseca. Un tajo espantoso, asestado desde arriba, casi lo había cortado por la mitad desde el hombro hasta la cintura."

SER HUGH:

"acertó con la lanza a un joven caballero del Valle bajo el gorjal de la armadura con tal fuerza que se le clavó en la garganta y lo mató al instante."

JYCK:

"había recibido un tajo en la espalda al mismo tiempo que mataba al hombre que tenía delante"

KURLEKET:

"Una maza había destrozado el rostro porcino"

LHARYS:

Muere luchando contra los clanes durante su viaje hacia el Nido de Águilas.

MOHOR:

Muere luchando contra los clanes durante su viaje hacia el Nido de Águilas.

MORREC:

"murió de fiebres cuando se le infectaron las heridas"

CHIGGEN:

"Bronn había agarrado al otro mercenario por la cabeza y le había rebanado el cuello con el puñal."

TREGAR:

"asestó un golpe de espada contra el yelmo de Tregar. El impacto le hizo apretar los dientes. Tregar cayó de rodillas, con el león de la cresta hendido en dos y el rostro lleno de sangre."

JORY CASSEL:

"Vio cómo le cortaban las patas al caballo de Jory, y cómo lo arrastraban al suelo, y cómo las espadas subían y bajaban sobre él. "

WYL:

"maldijo cuando lo derribaron de su caballo moribundo"

HEWARD:

"lanzaba tajos contra las manos que se habían apoderado de sus riendas cuando una lanza se le clavó en el vientre"

WALLEN:

"Cayó de espaldas al arroyo, lanzando cuchilladas a ciegas con la daga mientras se sumergía. El lobo huargo se lanzó encima de él y las aguas se tornaron rojas sobre ellos"

HALI:

"se tambaleó y cayó, y el lobo atacó de nuevo, la derribó de espaldas y le desgarró el vientre a dentelladas."

STIV:

"dejó escapar un grito ahogado, y quince centímetros de flecha con punta de acero parecieron brotar de su pecho."

SER VARDIS EGEN:

"el mercenario levantó la espada con ambas manos y la clavó con todo su peso bajo el brazo, atravesando las costillas [...] se estremeció y quedó quieto."

VISERYS TARGARYEN:

"El sonido que emitió Viserys Targaryen cuando aquel espantoso yelmo de hierro le cubrió la cara no fue humano. Sus pies marcaron un ritmo frenético en el suelo de tierra, se agitaron y al final se detuvieron. Sobre el pecho le cayeron goterones de oro fundido, y la seda escarlata empezó a humear..."

ROBERT BARATHEON:

"El jabalí debía de ser una bestia aterradora. Había desgarrado al rey con los colmillos desde la ingle hasta el pezón. Los vendajes empapados en vino que le había puesto el Gran Maestre Pycelle estaban ya negros de sangre y la herida despedía un olor nauseabundo."

TOMARD:

"el capa dorada más cercano le clavó la lanza a Tomard por la espalda. El acero de Tom el Gordo cayó de entre los dedos inertes, al tiempo que una punta roja y húmeda le afloraba entre las costillas y le perforaba la cota de mallas. Estaba muerto antes de que su espada llegara al suelo."

VARLY:

"El propio Janos Slynt le cortó la garganta"

CAYN:

"El primer golpe de Sandor Clegane le cortó la mano de la espada por la muñeca. El segundo lo hizo caer de rodillas y lo abrió del hombro al esternón."

HULLEN:

"Lo habían apuñalado tantas veces que su túnica parecía lucir un dibujo de flores rojas."

DESMOND:

"Yacía de espaldas, con los ojos abiertos llenos de moscas, mirando sin ver en dirección al techo."

OTHOR:

"Toda su carne tenía un color blanquecino como la leche, excepto las manos, que estaban tan negras"

JAFER FLORES:

"sangre seca y agrietada decoraban las heridas mortales que lo cubrían como una erupción en el pecho, en las ingles y en la garganta. Pero tenía los ojos abiertos, clavados en el cielo, azules como zafiros."

LORD VANCE

"murió en el Colmillo Dorado, [...]  bajo los muros de Aguasdulces."

LORD PIPER

"murió en el Colmillo Dorado, [...]  bajo los muros de Aguasdulces."

SER RAYMUN DARRY

"Ser Raymun cayó, igual que casi todos los hombres de Invernalia."

MASHA HEDDLE

"En medio del patio había una horca, y el cadáver que colgaba de ella estaba cubierto de cuervos. Cuando Tyrion se acercó, levantaron el vuelo batiendo las alas negras, y graznaron. Desmontó y echó un vistazo a lo que quedaba del cadáver. Era una mujer; las aves le habían devorado los labios y las mejillas, dejando al descubierto una sonrisa roja y espantosa."

SER JAREMY RYKKER

"había cortado la cabeza al ser, pero el cadáver decapitado consiguió arrebatarle su daga y se la clavó en las entrañas."

KHAL OGO y KHAL FOGO

"Hoy ha matado a dos khals. Primero a Khal Ogo, y luego a su hijo Fogo, que pasó a ser khal tras la muerte de Ogo."

ULF, HIJO DE UMAR

"yacía sobre un charco de sangre coagulada, le faltaba un antebrazo, y a su alrededor yacían también una docena de sus Hermanos de la Luna."

CONN, HIJO DE CORATT

"no tenía más heridas que la mancha roja del pecho, allí donde la lanzada le había arrancado la vida."

TORRHEN KARSTARK

"después de cortarle la mano a Torrhen"

EDDARD KARSTARK

"«Extravió» su espada en el cuello de Eddard Karstark"

DARYN HORNWOOD

"abrirle el cráneo a Daryn Hornwood"

QUARO

"El tajo dio de lleno a Quaro bajo el brazo, el acero afilado atravesó el cuero y la piel, cortó el músculo y las costillas. El joven jinete retrocedió, boqueando, mientras la sangre manaba a chorros.

QOTHO

"Ser Jorah asestó un golpe de arriba abajo con todas las fuerzas que le quedaban, atravesó la carne, el músculo y el hueso, y de pronto el antebrazo de Qotho colgaba de su brazo sujeto sólo por un fino jirón de piel y tendón. El siguiente golpe del caballero fue hacia la oreja del dothraki, y resultó tan salvaje que el rostro de Qotho pareció estallar."

HAGGO RAKHARO

"se precipitó hacia él con un aullido, blandiendo el arakh con ambas manos en un golpe descendente que acertó a Haggo entre los ojos."

COHOLLO

"La flecha de Aggo le entró por debajo del brazo, y le atravesó los pulmones y el corazón."

EDDARD STARK 

"Ser Ilyn sacó de la vaina que llevaba a la espalda un enorme espadón. Cuando alzó la hoja por encima de la cabeza, la luz del sol pareció dibujar ondas en el metal oscuro, y arrancó destellos de un filo más cortante que el de cualquier navaja."

SEPTA MORDANE 

"las cabezas llevaban clavadas mucho más tiempo que la de su padre. A pesar de la brea, la mayoría ya no eran reconocibles. El rey le señaló una.
—Esa de ahí es la de tu septa.
Sansa ni siquiera habría sabido que se trataba de una mujer. La mandíbula podrida se había desprendido, y los pájaros le habían comido una oreja y casi toda una mejilla."

VEYON POOLE

Asesinado durante la masacre que sigue al arresto de Lord Eddard.

RHAEGO

El bebe falleció durante el parto.

EROEH

"Mago, [...] La montó hasta que se hartó y se la entregó a su khal, que a su vez la entregó al resto de los jinetes de sangre. Cuando terminaron, le cortaron la garganta."

KHAL DROGO

"Se arrodilló, besó a Drogo en los labios y le apretó el cojín contra la cara."

LORD ANDROS BRAX 

"llevaba la armadura puesta cuando su balsa volcó."

MIRRI MAZ DUUR

"El fuego reptó sobre Mirri Maz Duur. Su canción se hizo más alta, más aguda... y de pronto la mujer jadeó una vez, dos, y el cántico se convirtió en un aullido estremecedor, cargado de sufrimiento."